El sábado recién pasado en el Club Chocolate se vivió una jornada de reencuentros en lo que a guitarras y heavy metal se refiere. “Dios Eol”, quizás el álbum más exitoso de Alejandro Silva y su power cuarteto festejó 20 años desde su alumbramiento.

 La jornada estaba planeada hace 20 años, suena extraño, pero para el lanzamiento del álbum Paulo Domic teloneó a Alejandro y sus secuaces. En esa ocasión se comprometieron a festejar en grande algún día cuando el disco cumpliera sus dos décadas y bueno este 21 de enero por fin pudimos disfrutar de esta fiesta.

 Recordemos que la fecha fue pospuesta tras el accidente de Gonzalo Muga que lo dejó fuera de los escenarios por una breve temporada, así que todo prometía que la distorsión, las melodías, el virtuosismo y la magia de las composiciones de Alejandro Silva nos transportaran en un torrente de nostalgia a comienzos del milenio, donde la guitarra vio coronarse a uno de los primeros exponentes en la música instrumental, con colores heavy prog.

 Nuestra citación fue a las 20:30 y se suponía que el show daría inicio a las 21 horas, para sorpresa nuestra la fila en la entrada ya era enorme y mientras nos escabullimos por el lugar asignado para el ingreso de los medios, pudimos darnos cuenta que el recinto ya estaba repleto.

 Gente de la vieja y la nueva escuela conformaban la audiencia. Melenas y calvas se turnaban de igual forma, construyendo un lugar de encuentro entre varias generaciones de los fanáticos de la música virtuosa.

Pocos minutos después que Domic terminara su sólida presentación, el Power Cuarteto salió a escena. Cristóbal Arriagada, Gonzalo Muga, clásicos compañeros de Alejandro Silva en su trayecto, por la sinuosa carretera de la música instrumental, Marcelo González fue la sangre joven y el único que no pertenecía al cuarteto original, sin embargo, se hizo cargo de las seis cuerdas del bajo y comenzó la fiesta.

Pisaron el escenario y de inmediato comenzaron las ráfagas de riff, que sin descanso componen “Dios Eol”, en sus casi 60 minutos de duración. “80”, “Chomo Lungma”, “Errock”, “Mi amigo duro”, “No desapareces”, “El sexto mensajero”, “Diáspora”, “Free Fall”, “Eol Omega”, “Inside the Core”, “Neopangea”. Tocadas en el orden del álbum que alucinaron al repleto recinto de Bellavista. Alejandro Silva se lució y demostró que aún está vigente, sus duelos de guitarra junto a Cristóbal Arriagada se convirtieron en una conversación furiosa entre dos monstruos que importaron el lenguaje universal que se escribe en pentagramas.

Cuando parecía que todo estaba dicho Alejandro invitó al escenario a Guido Fregonara, quién fuera el bajista original de la agrupación. Y nos deleitamos con unos minutos de acrobacias olímpicas del planeta de Robert Fripp, Satriani y Steve Vai

New Chaos”, “Artemis”, “Guido Sound” y finalmente “Habla Janus” que cerró la jornada impecable con un show redondo muy bien vestido con material audiovisual y del recuerdo, un sonido excelente y una gran dosis de nostalgia. Nos fuimos felices con más de una cerveza encima a seguir el sábado en su cálida noche veraniega.

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