Con The Overview (2025), su octavo álbum de estudio, Steven Wilson regresa al corazón del rock progresivo tras su incursión en la electrónica y el pop experimental. Concebido y producido íntegramente en su estudio de North London, el disco se divide en dos extensas piezas que dialogan entre sí: una contempla la ruina humana, la otra el cosmos.

Inspirado en el Overview Effect —ese cambio cognitivo que experimentan los astronautas al ver la Tierra como un organismo vivo y frágil—, The Overview convierte una noción científica en una experiencia emocional y filosófica. Wilson propone observar la existencia desde una escala imposible: del polvo humano al estelar, de la materia al vacío.

Grabado entre diciembre de 2023 y agosto de 2024, el álbum fue concebido, producido y mezclado íntegramente por el propio Wilson. A lo largo de dos piezas —“Objects Outlive Us” y “The Overview”— que funcionan como espejos, el músico contrapone la mirada terrenal con la cósmica: una examina las ruinas del ser humano, la otra contempla el universo desde la distancia.

A nivel sonoro, el álbum retoma el pulso del prog clásico —ecos de Pink Floyd, Tangerine Dream o Vangelis—, pero reimaginado con texturas contemporáneas. Junto a colaboradores habituales como Adam Holzman (teclados), Craig Blundell (batería), Theo Travis (saxo y flauta) y Randy McStine (guitarras y voces adicionales), Wilson construye un paisaje orgánico, casi cinematográfico. Él mismo se encarga de los sintetizadores, las guitarras y la producción, con una precisión que roza lo obsesivo.

Las ruinas del humano moderno

La primera mitad del disco es una elegía para el antropoceno. “Objects Outlive Us” observa el universo desde dentro: desde el polvo, la pantalla y el despojo. Wilson desciende a la tierra para contemplar los rastros del ser humano como si fueran ruinas arqueológicas.

Dividida en siete movimientos, la suite alterna sátira, poesía urbana y reflexión existencial. “No Monkey’s Paw” abre con un tono íntimo y resignado: no hay milagros, solo la conciencia cansada de una voz que se sabe mortal.
Luego llega “The Buddha of the Modern Age”, quizá el momento más mordaz del álbum. Con ritmo de sermón electrónico, Wilson dispara contra la espiritualidad de supermercado: “Slaughter the sacred cow to stuff our stupid mouths.” Holzman brilla aquí con un órgano Hammond que evoca al prog setentero, mientras Travis eleva el clima con un saxofón casi fúnebre. Objects: Meanwhile” retrata escenas cotidianas —una mujer deja caer sus compras, una enfermera limpia una bañera vacía— mientras galaxias enteras se extinguen. Es el punto en que el álbum encuentra su centro: la coexistencia entre lo trivial y lo cósmico, entre el pan que se rompe en la tierra y los soles que mueren en el cielo. En “The Cicerones / Ark”, un coro de voces liderado por Willow Beggs entona un himno a los últimos sobrevivientes: “Each of these souls just one in a billion / Each of the stars just one in a trillion.
El cierre, “No Ghost on the Moor / Heat Death of the Universe”, repite el motivo inicial: “There was no ghost on the moor.” El universo se apaga sin drama, en silencio térmico.

Con su mezcla de folk oscuro, ambient y crescendos post-progresivos, “Objects Outlive Us” plantea una pregunta que atraviesa todo el álbum: ¿qué queda de nosotros cuando todo se ha ido?

Del polvo cósmico a la consciencia

La segunda pieza, “The Overview”, actúa como respuesta: una mirada desde el espacio que observa lo humano como un recuerdo. En sus 18 minutos y 27 segundos de expansión y repliegue, Wilson convierte la escala del universo en música: del polvo cósmico a la consciencia, de la materia a la nada.

Abre con “Perspective”, un inventario recitado de cuerpos celestes y distancias imposibles. Wilson recorre el universo como si manejara un telescopio mental: empieza en los megámetros de Ganimedes y termina en los yottámetros del Supercúmulo de Virgo, pasando de lo medible a lo inconcebible.
La segunda sección, “A Beautiful Infinity / Borrowed Atoms”, desciende a la escala humana. El narrador, perdido en el espacio, contempla la muerte de su esposa y la relatividad del tiempo: “Each moment for me is a lifetime for you.” En “Infinity Measured in Moments”, la voz se disuelve en repeticiones casi litúrgicas. Retorna la enumeración cósmica, ahora entrelazada con versos sobre destrucción y deriva: “All we were, all destroyed / Drifting on through the void.” El cierre instrumental, “Permanence”, es una paradoja sonora: sin palabras, la música busca lo que el título niega. Arpegios suspendidos, reverberaciones que se desvanecen lentamente, un último acorde que no resuelve.

The Overview resume todo lo que Wilson ha perseguido durante dos décadas: la unión entre ciencia y emoción, entre tecnología y alma. No hay consuelo, pero sí comprensión: “No design and no one at the wheel — just a beautiful infinity.” Una conclusión serena, casi budista, para una carrera que sigue expandiéndose como el universo que intenta describir.

Más que un álbum, es un tratado sonoro sobre la conciencia y la materia. Desde el ruido cotidiano hasta el vacío cósmico, Wilson logra que cada acorde, palabra y silencio resuenen como parte del mismo misterio: la impermanencia.


🎫 Steven Wilson en Chile
El músico británico regresa en solitario a nuestro país luego de más de siete años. El domingo 19 de octubre, presentará The Overview en el Movistar Arena, junto a otras joyas de su carrera solista y algunas sorpresas de Porcupine Tree. Aún hay entradas disponibles a través de Puntoticket.

Produce: DG Medios + Live Nation

Por Eduardo Soto González

Profesor de Inglés de profesión, cronista musical por vocación.

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