Si bien en 1997 Green Day lanzó un trabajo con canciones grabadas en directo, llamado Foot in Mouth, este era un EP que reunía registros de diferentes presentaciones. Bullet in a Bible, en cambio, lanzado en 2005, es el registro de un solo evento: uno de los hitos más grandes en la carrera del trío californiano conformado por Billie Joe Armstrong en voz y guitarra, Mike Dirnt en el bajo y Tré Cool en la batería.

El álbum documenta los conciertos realizados los días 18 y 19 de junio en el Milton Keynes National Bowl, en Inglaterra, donde más de 130.000 personas presenciaron una de las presentaciones más ambiciosas de la banda. El espectáculo tuvo lugar durante una ola de calor, con temperaturas cercanas a los 33 grados Celsius, lo que no impidió que se viviera una jornada intensa tanto en lo emocional como en lo musical.

Con American Idiot aún fresco y en plena gira promocional, Bullet in a Bible captura a Green Day en un momento de transformación. De ser considerados durante años como una banda punk juvenil, pasaron a convertirse en una agrupación que asumía un discurso político directo, con una puesta en escena teatral y una estructura conceptual ambiciosa. Esa dualidad está bien plasmada en el repertorio, que equilibra las piezas más elaboradas de su entonces reciente ópera punk, como Jesus of Suburbia o Holiday, con los grandes éxitos de sus primeros discos (Longview, Hitchin’ a Ride —interpretada en una versión extendida de casi siete minutos marcada por los gemidos lascivos de Billie Joe Armstrong en el clímax—, Brain Stew, Basket Case).

Para esta gira, además de la formación estable, se sumaron músicos invitados que enriquecieron la puesta en escena y la sonoridad en vivo: Jason White en la guitarra, Ronnie Blake en la trompeta y Jason Freese (hermano del baterista Josh Freese), multiinstrumentista encargado del piano, saxofón y trombón, entre otros. Su aporte contribuyó a dar mayor profundidad y dimensión al espectáculo, elevando la ambición musical y visual del show.

La energía de St. Jimmy, la catarsis de Boulevard of Broken Dreams y el cierre cargado de épica con Wake Me Up When September Ends y Minority dan cuenta de una banda capaz de llenar estadios sin perder su filo. El show termina con Good Riddance (Time of Your Life), una canción originalmente escrita como un desahogo personal tras una ruptura, pero que con los años se transformó —casi a su pesar— en un himno de despedida por antonomasia, usada en graduaciones, finales de series de TV como Seinfeld o incluso funerales. Su inclusión aquí, acompañada de una ovación ensordecedora y fuegos artificiales, funciona como un gesto de gratitud hacia el público y de cierre emocional para una noche inolvidable.

En una entrevista incluida en el documental que acompaña al álbum, Billie Joe Armstrong lo resume de forma elocuente: “Para mí, la música es el aire que respiro, es la sangre que corre por mis venas y me mantiene con vida. Sin ella, no sé qué haría. Probablemente tendría un trabajo o algo así… Pero cuando la gente me pregunta: ‘¿Qué harías si no tuvieras a Green Day?’, yo les digo: ‘Estaría en Green Day. No conozco otra cosa’”. Esa afirmación revela el nivel de entrega con que vivieron este momento como banda, y también el tipo de vínculo que establecieron con su audiencia durante esta etapa.

El título del disco, Bullet in a Bible, funciona como una imagen que encapsula la tensión entre la rebeldía del punk y los símbolos tradicionales de autoridad, religión y poder. Esa tensión, presente en el discurso visual y sonoro del espectáculo, es lo que le da identidad al registro. Y es, ante todo, el testimonio de un hito, capturado frente a 130 mil personas.

Green Day regresará a Chile después de casi ocho años para presentarse el sábado 30 de agosto en el Parque Estadio Nacional. El trío californiano encabezará una jornada cargada de punk rock que contará con los británicos Bad Nerves y los chilenos BBS Paranoicos como bandas invitadas. Las entradas están disponibles a través de Ticketmaster.

Produce: Lotus y Move.

Por Eduardo Soto González

Profesor de Inglés de profesión, cronista musical por vocación.

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