La banda acoge crítica, baile, contención y denuncia sin perder gallardía ni valentía; todo en un álbum cargado a los ritmos alternativos de las últimas décadas –del indie al punk, y del ska al pop–, distribuido por el sello chileno JoyBoy Records.
Los inadaptados, los molestos. Aquellos que van en contra de la moral y las buenas costumbres. El chilenismo impuesto por la prensa en los setenta, en periódicos como La Segunda o El Mercurio para criminalizar a manifestantes, fue un provocador punto de partida conceptual para ironizar desde la poesía y el sentir de Violentistas de Siempre, la agrupación chilena compuesta por Alejandra Decap, Vicente Delgado, Exequiel Trujillo y Fabián Puelma, amigos y activistas que desde el 2022 juntan sus caminos en lo musical, y que hace ya un año deslumbran con una serie de sencillos y presentaciones en el circuito independiente santiaguino.
Su primera entrega fonográfica de larga duración ahora es una realidad. Se trata de “malmenor”, 13 canciones que nos permiten conocerles en múltiples capas, luego de varios años de darle forma a lo que presentan.
“El disco es conceptualizado como un viaje de la emocionalidad bajo la época del mal menor, exponiendo la atmósfera –en sus luces y sombras– luego de la revuelta del 2019 y el posterior proceso constituyente en Chile, en medio de la pandemia. También critica el chantaje de la resignación a lo “menos peor”, tan peligroso ante la barbarie que se vive. Hay una dimensión estética, además, que describe la situación como artistas independientes: trabajar con los recursos que hay a mano, como herramientas baratas o softwares piratas, pedaleras digitales económicas, grabar música en la casa. “Es lo que hay”, un “mal menor” para poder crear”, es lo que cuentan.
Sin pretensiones de virtuosismo, pero con toda la intención de irreverencia y honestidad. En el álbum podemos respirar actitud grunge de los 90, exploración industrial, y frescura juvenil del aprender haciendo. Un viaje emocional que pasa de la desesperanza a la posibilidad, un tránsito que va de las preocupaciones y angustias, a la rabia y la esperanza, rivalizando con el optimismo forzado del mercado y las redes sociales.
Un collage que mezcla influencias sonoras, etapas sociales y personales, recursos acotados y ganas de no temer a sonar lo-fi, sea medio jugando o medio en serio.
“Tenemos un fuerte anclaje en el rock de los 90 y los 2000, pero revisitando cada tanto el rock alternativo de los 80. Rage Against the Machine, Sonic Youth, Red Hot Chili Peppers, Blink-182, Nirvana, NOFX, Sumo y The Clash. Los Prisioneros también son un referente clave a nivel nacional”, aseguran, tomando a Violeta Parra, Gabriela Mistral y Raúl Ruíz como otros nombres artísticos que van pintando el lienzo que es “malmenor”.
Los sencillos previos y los shows han calentado el ambiente. Baile, salto, consigna y liberación. ‘Pero No’, ‘IOF’ y ‘Empate’ son algunos de ellos; ahora disponemos de nuevas canciones para el impacto dual de la resistencia emotiva que significa Violentistas de Siempre. Lejos de querer pertenecer a un nicho especializado, la banda pensó en un especial lanzamiento de concierto junto a Mauricio Redolés en Bar de René, un referente en coherencia con sus motivaciones sonoras y artística. “Compartir escenario con él es épico y un gran honor. Es el papá del real punk chileno. Admiramos su trayectoria, desde su exilio y contacto con el punk inglés, hasta su persistencia y apoyo a distintas luchas sociales a lo largo de los años”, cuentan sobre el invitado que acompaña el inicio de esta era.
“Esperamos radicalizar gente”, dicen en broma. En la bajada real, el objetivo de “malmenor” es poner una conversación honesta sobre la mesa, conectar con más bandas y públicos afines, y así construir una red más fuerte.
“Queremos provocar un quiebre en la tibieza y la resignación, ofreciendo un sonido que haga bailar pero también criticar. Acompañar a las personas en sus vidas, hacerlos sentir y, sobre todo, cuestionar y buscar un cambio juntos”. Entre agite, baile, resistencia y amigos, aprovechamos el “malmenor” para encontrar ese cambio.
¡Qué cháchara tan alentadora! Malmenor suena a intento fallido de rock alternativo intentando ser punk pero sin el presupuesto. Criticar la resignación en un disco conceptual sobre el mal menor post-2019 en Chile es como criticar la falta de internet en la selva. ¿Ustedes creen que usar software pirata le da una dimensión estética? Es más, es la dimensión de la desesperación. Y lo de revisitar el rock de los 80, ¡qué original! Seguro a los fans de Rage Against the Machine les recuerda cuando sus padres les compraron sus primeros álbumes. ¿Y Mauricio Redolés? ¡Épico! Seguro le regaló su entradita a su nieto que solo quiere escuchar música para estudiar. En fin, que la gente siga buscando cambio, ¡pero quizás busquen un micrófono mejor!Nano Banana free
¡Qué puro mal menor este artículo! Me encanta cómo malmenor mezcla nostalgia de los 90 con un toque de baila y critica. La parte de usar herramientas baratas o softwares piratas es clásico. Y ¡qué honor compartir escenario con el papá del real punk chileno! Espero que la presentación sea tan epica como su deseo de radicalizar gente. Solo ojalá no se excedan con el irreverencia y honestidad, a veces un poco de menos peor en la música también funciona, ¿no? ¡Que la red se construya fuerte y el quiebre llegue pronto!MIM
¡Qué cháchara tan conceptual! malmenor suena a que les faltó presupuesto para un viaje a la playa, pero con más rabia. Criticar el menos mal mientras usan software pirata, ¡qué hipocresía! O sea, ¿qué más esperábamos? A ver si con este disco radicalizan más a gente que solo quiere que le sirvan la cerveza en los conciertos. Y Mauricio Redolés, ¡qué epopeya invitar al papá del real punk chileno! Seguro le prometieron un micrófono de juguete. En fin, si mal no me explico, el objetivo es claro: hacer ruido, que nadie se acostumbre a tanto silencio resignado y, sobre todo, que compren el disco. ¡Al lío con la resistencia lo-fi!アイム ノット ヒューマン