Cuando hablamos de la historia del death metal, es inevitable hacer un capítulo sobre Cannibal Corpse. Formados en 1988 en Búfalo, Nueva York, por Alex Webster y Paul Mazurkiewicz, el día de ayer devoraron, uno por uno, a los asistentes del Teatro La Cúpula del parque O’Higgins.
La jornada estaba excitada, el 18 de mayo se vistió de negro para la música en vivo y el público metalero repletaba las calles de Avenida Matta, algunos irían en dirección a San Diego, otros nos fuimos hasta el Parque O’Higgins.
Los nacionales Lefutray, rompieron el silencio de Santiago Centro, con una presentación difícil de olvidar. Técnicos y con muy buena ejecución, definitivamente fueron la chispa del trueno que iluminó la noche y la hinchada del metal no se hizo esperar y respondió a la altura, coreando, gritando y girando en el mosh, demostrando que acá no hay bandas chicas, que la familia metalera conoce y valora a los grandes exponentes de nuestra escena local. Y fue así como Alex j. Olivares, Yonattan Muñoz, Julio Yañez y Cristian Olivares, armados con sus canciones y excelente puesta en escena, hicieron la antesala para una noche fría que se llenaría de calor.
A eso de las 21 horas, muy puntual, salió a escena la banda neoyorquina. Impresionante el sonido y la cercanía de sus integrantes, quienes a pesar del paso del tiempo siguen ejecutando cada nota a la velocidad perfecta, acompañados del “cabeceo de película” de George Fisher, quién incluso retó al público a tratar de seguirle y superarle en el headbanger, pero que él sabía que fallaríamos miserablemente.
El show comenzó con “The Time to Kill Is Now”, continuando con “Scourge of Iron” y el tema de su nuevo disco “Inhumane Harvest” junto a “Code of the Slashers”. La euforia del recinto no paraba, la gente coreando y gritando, un movimiento de cabeza al unísono conectó a los asistentes y como poseídos por un ritual ancestral las cabezas asentían una y otra vez.
Dedicada a la audiencia femenina comenzó la segunda descarga: “Fucked With A Knife”, “The Wretched Spawn”, “Gutted” y “Kill or Become”, y la gente comenzó a volar intentando llegar al escenario, mientras olas de personas las desplazaban desde el círculo que al medio de la cancha, que se alborotaba como una célula creciendo en un orgasmo de sangre.
Hay que aclarar que Cannibal Corpse es una banda que juega al sarcasmo desde cualquier punto de vista, y sus letras y conexión con la gente están construidas desde ese mismo espacio. George en la voz, es cercano y petulante, burlesco y delirante, pero mantiene vivos todos los atributos que en el año 1996 lo hicieron ser parte de este proyecto con tanta trayectoria.
“I Cum Blood”, “Evisceration Plague”, “Death Walking Terror” y “Necrogenic”. Descargas cargadas de ira donde las guitarras de Erik Rutan y Rob Barrett se lucieron, dejando claro que Cannibal tiene aún lugares por aplastar y que hay mucha carne y cerebros por devorar aún por el mundo.
“Condemnation Contagion”, “Unleashing the Bloodthirsty”, “Devoured by Vermin”, “A Skull Full of Maggots”, “Striped, Raped and Strangled” y “Hammer Smashed Face”. Ese fue el impecable setlist con el que los norteamericanos aterrizaron en Santiago, definitivamente apabullantes.
El show se hizo corto a pesar de la intensidad, sin embargo no nos cabe duda que la presentación quedará en la memoria de los asistentes que no menguaron en el apañe en ningún momento, mientras la picadora desmembró a los asistentes uno por uno.
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