Martes por la noche y el esperado regreso de Symphony X se hacía realidad, esta vez celebrando los 30 años de carrera. Aunque sin un disco nuevo de hace ya varios años, los estadounidenses tienen muy clara su presencia en el proggresive metal.
Pero no nos adelantemos, ya que faltando solo unos pocos minutos para las 20 hrs. Pacífico, banda chilena que inició su ascendente carrera en 2016, se subieron al escenario para calentar los motores de esta fría noche de invierno.
La banda, desde que comenzó con sus primeros acordes en el escenario de un Teatro Coliseo que ya empezaba a albergar bastante gente, demostró su experiencia en lo técnico, dado que cada uno de sus integrantes llevan más de 25 años, separadamente, en diversos proyectos ligados al rock. La demostración de precisión y complejidad en sus composiciones fue bien apreciada por el público, donde la banda compuesta por Carlos Sáez (Vocalista, guitarra), Felipe Galaz (Bajo), Ricardo Rozas (guitarra) y Juan Coderch (batería) se apreció cómoda y disfrutando su show, que alcanzó casi 40 minutos de duración.
Sin embargo, el sonido no fue del todo prolijo, puede ser por el rebote sonoro que existe en este Teatro dado a la profundidad del techo, lo cual hace difícil que se pueda controlar, pero aún así fue algo que no desanimó ni a la banda ni al público que disfrutó del rock progresivo que nos entregó Pacífico.
La espera se hacía larga y el público, que ya a minutos para las 21:00 hrs, hacía notar su ansiedad por ver a la banda norteamericana, ovacionándolos desde antes que pisaran el escenario.
A la hora concertada en punto comienza la introducción musical que nos prepara para el comienzo de una noche inolvidable. Por el costado izquierdo, que fue donde me ubiqué para disfrutar el show que nos brinda, se lograba divisar al querido por todos, Michael Romeo, junto a Jason Rullo en proceso previo de calentamiento para sentarse en el trono de doble pedal. Luego, Michael Lepond corre hacia su instrumento para así saludar al público del ala derecha que lo reciben con vítores, ya que sabemos que es uno de los bajistas más destacados de la escena del metal progresivo. Sube al escenario el inconfundible Michael Pinella junto con Michael Romeo, ambos fundadores de Symphony X que desde 1994 nos brindan esa mezcla neo-clásica con enmarañados solos que nos hacen disfrutar. Pero no es hasta que comienza a sonar “Iconoclast”, junto a la llegada de Rusell Allen a escena, que es cuando explota el público por primera vez. Cabe destacar que el sonido fue muy bueno desde un principio de la presentación de la banda, aunque para mi gusto, hubiera preferido un poco más de volumen, de hecho, por ocasiones se escuchaba más al público cantando que a la misma banda.
“Nevermore” comienza a sonar pegada a su predecesora con la única diferencia de que Rusell Allen se saca los anteojos de sol para poder sorprenderse con la cantidad de público que había. Y es que el Teatro Coliseo se encontraba lleno, tanto la cancha como también ambas plateas. La energía de los fans se hacía notar, y la banda, a cargo de su frontman, lo evidenciaba acercándose al público para tocar sus manos y saludar uno por uno de los asistentes que estaban en la primera fila.
En el primer intermedio entre canciones, el vocalista comienza a comentar que esta gira es para la celebración de los 30 años de la banda y que es raro estar celebrando sin un nuevo disco, pero que para el próximo año tendremos noticias, dando a entender que ya se encuentran trabajando en un nuevo larga duración. “Volvamos al 98” dice Rusell, coronando con un gesto tocándose la espalda y vociferando “oh, mi espalda”, como si los años pasaran por él y su banda, lo cual no se notó en ningún momento, porque “Inferno (Unleash the Fire)” sonó como si tuvieran 26 años menos en sus cuerpos. Es que la experiencia de la banda realmente se hace notar, no fallando en ningún de esos acordes y solos de cada parte de este track.
Luego de las esperada “Serpent’s Kiss”, el cantante se da cuenta que adelante se encuentra una familia junto a su hija la cual saluda amablemente y señala que de eso se trata la comunidad de Symphony X, de ser una familia y que las nuevas generaciones se empapen de la energía de un show de rock y metal en vivo. Este momento especial de la jornada fue seguido por la emotiva “Whitout you”, canción que trata sobre el dolor y la pérdida que se siente cuando alguien importante se va. Combinando elementos épicos y emocionales, con una atmósfera melancólica, el público coreaba las frases más emotivas de la jornada: “Sometimes I feel, Feels like there’s nothing there, Just an empty stare…”.
Es hora de la rockandrollera “To Hell and Back”, que nos reconecta, luego de un momento más emotivo, con el poder y la fuerza que tanto caracteriza a esta banda. El momento gracioso de la noche sucede cuando Romeo está dando lo mejor en su solo y se le acerca Allen, y al ritmo de la canción, hace como que le da tres palmadas en cierta parte de la espalda baja, generando risas entre los fans.
Suenan los riffs de “Evolution (The Great Design)” y el público vuelve a explotar, saltando y disfrutando al ritmo de una de las obras maestras de “V: The New Mithology Suit”. Definitivamente, buscar un buen setlist digno de la celebración de los 30 años de la banda no podía dejar fuera este tremendo temazo.
Ya para ir finalizando la primera parte del show suenan “Run with the Devil”, donde añaden una sección para presentar a la banda y recibir más aplausos y vítores aún, y “Set the World on Fire (The Lie of Lies)”.
5 minutos de descanso, que al público se nos hizo eterno, bastaron para volver con tres canciones más para finalizar este show de un poco más de 1hr 40 min: “Paradise Lost” y las dos canciones más antiguas de su repertorio, “Out of the Ashes” y “Of Sins and Shadows”, ambas del tremendo disco “The Divine Wings of Tragedy”.
Podríamos enumerar las canciones que extrañamos en esta experiencia especial de celebración, pero no hay lugar a dudas que el grupo está en un buen momento, demostrando su calidad técnica, calidad vocal y buen show que puede realizar una banda tan importante en la escena del rock y el metal como lo es Symphony X. Una excelente presentación que será recordada por todos los que asistimos y que estaremos nuevamente ahí, cuando vuelvan con un nuevo disco bajo el brazo.
Fotografías: Ismael Gutiérrez @Kami_fotografias
Nota: Manuel Canto C.